¿Alguna vez te has cuestionado la trascendencia de tus letras?
Supongo que para quienes escribir resulta una pasión, más de una vez la pregunta se ha quedado en mente. ¿Quién te lee?, ¿por qué?, ¿para qué?, ¿cómo reacciona? Podría seguir con un interminable interrogatorio que probablemente sólo devendría en un continuum.
Existe una pregunta en la cual sí me he detenido un poco más; esa que cuestiona la motivación por escribir: ¿económica, social, política, psicológica…? Pueden ser todas, algunas; no son mutuamente excluyentes. Cada quien tendrá sus razones para tomar un lápiz, pluma, teclado o aun sus propios dedos (con esto de lo touch) y comenzar a escribir como bestia que debe producir su propia fuente de vida y muerte: letras.
¿Yo? Escribo (y dejo de hacerlo) por el motivo elemental que hacemos todo en esta Vida: porque quiero.
Y por la trascendencia… o la intrascendencia de unos paréntesis; y para sentirme vivo… o morir en un punto final; y para existir… o desvanecerme en estos puntos suspensivos…
¿...Y tú?
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Yo escribo para expresar lo que entiendo que siento, muchas veces sin importarme si alguien lo lee o no, o si alguien logra entender lo que escribo...
Me gusta leerte, porque me hacer pensar en muchas cosas, y porque sé que todo lo que redactas tiene algo que ver con lo que has vivido.
Creo que muchas veces conoces más a una persona por lo que escribe que por lo que dice.